Así que las maderas que habían sobrado del techo las cambie por los listones de la tranquera.
Les pase cetol a cada uno, primero al 50%, y las otras manos menos diluido.
Compre los herrajes, bulones y tirafondos correspondientes, una tarde vino la Chu, mi amiga Silvia, a ayudarme a armarla
Tenia que llevarlas a la obra y necesitaba un auto con traks o una camioneta. Consegui un auto.
Llevamos las dos hojas y después de todo una tarde colocando la tranquera, usando un nivel para que las hojas quedan alineadas y de una pelea mas que interesante con el ferretero del barrio, por fin, quedo instalada.
Había quedado hermosa...
Y digo había porque una mañana no estaba mas, los chicos del barrio, esos que juntan cosas que no le pertenecen, se la llevaron.
Y me quede sin la tranquera y con una ferretería menos en el barrio donde comprar.
Pero como dicen que no hay mal que por bien no venga, sera reemplazada por un portón de alambrado, común que abra hacia afuera, así puedo guardar un auto.
Esa tranquera se merecía un post.
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